Transcurría el año 1956 y
entonces contaba yo con 17 años de edad.
Poco meses antes había comenzado
a prestar mis servicios como electricista en calidad de oficial de tercera en
la empresa IMES de Madrid, dedicada a realizar instalaciones de electricidad,
calefacción y fontanería para viviendas.
Al poco de haber comenzado a
trabajar en esa empresa me ofrecieron un puesto de calcador en la oficina
técnica. Era un primer paso para hacerme delineante.
Por aquella época me picó el
gusanillo creyendo que ya era proyectista, y pensé saltar el charco e irme a
trabajar a cualquier país de Sudamérica donde se decía que hacían falta jóvenes
españoles emprendedores. El primer paso que dí fue visitar las embajadas y
consulados de varios países sudamericanos para informarme y después tratar de
convencer a mi madre para que autorizase mi aventura por ser menor de edad.
Aunque es cierto que en todos los consulados visitados, me pusieron como
condición el tener hecho el Servicio Militar Obligatorio.
Y entonces, después de sopesar
mis fuerzas, el día 5 de febrero de 1957 me alisté a La Legión.
Una vez enrolado en La Legión , fui destinado al
Tercio Alejandro Farnesio IV de La
Legión en Villa Sanjurjo cerca de Melilla. Allí hice el
periodo de recluta que no me resultó tan duro como se decía. Tras el periodo
obligatorio de recluta me destinaron a la Plana Mayor de Mando.
Allí me especialicé como panoramista, que tenía como misión la de dibujar con
todos los detalles posibles y sobre un bloc los panoramas que se vislumbraban
desde cualquier punto. Al parecer ese trabajo era muy necesario en la
estrategia militar de aquel momento y la compañía de Transmisiones la componían
unos legionarios que a base de emplear el código Morse accionaban unas
persianas de tela para las comunicaciones.
Había firmado un compromiso por
dos años de permanencia en La
Legión , y pensaba cumplirle íntegramente. Pero solo habían
transcurrido poco más de cinco meses y ya estaba cansado de la legionaria
rutina diaria.
Entonces apareció por el cuartel
de La Legión
un destacamento de soldados paracaidistas en misión de captación para formar
parte de las fuerzas aerotransportadas del E.T. Algunos de nosotros nos
apuntamos y fuimos sometidos en primera instancia a un importante examen
médico.
Nos inspeccionaron desde los
dientes, hasta las plantas de los pies. Y una vez superado, nos enviaron en un
reducido grupo a Alcalá de Henares, donde estaba el cuartel de los
paracaidistas del E.T.