martes

Adolfo Cano Ruiz de Tiradores de Ifni






El pasado domingo, 26 de Noviembre de 2017, falleció en El Campello, donde residía, ADOLFO CANO RUIZ, excombatiente de la guerra de IFNI-SAHARA, en su calidad de soldado del Grupo de Tiradores de Ifni, en posesión de la medalla conmemorativa de aquella campaña bélica, primer presidente y fundador de la Asociación de Veteranos de Ifni del Levante Español (AVILE) de la que actualmente era Presidente de Honor.
Los socios y simpatizantes de AVILE se suman al dolor de los familiares de Adolfo, dándoles el más profundo y sincero pésame. Y la Junta Directiva quiere hacer hincapié en la profunda huella que ha dejado en todos nosotros por su hombría de bien, su camaradería y, sobre todo, por la abnegada tarea que para el tema y recuerdo de lo que fue la colonia de Ifni no quedara en el olvido gracias a sus constantes reivindicaciones ante todo tipo de estamentos oficiales y autoridades.

Descanse en la Paz Eterna quien hace, justo ahora, hace sesenta años se vio metido en una guerra de la que salió con secuelas físicas y psíquicas que nos ha podido relatar en sus diversos artículos subidos a las páginas Web Tiradores, así como en un par de libros publicados.

(Tomado de Internet.)



Del glog de Adolfo Cano Ruiz.  http://veteranosdeifni.blogspot.com.es/

Franco intentó silenciar el conflicto y alejarlo de la opinión pública y todos los Gobiernos de España, despuès de más de 57 años, hacen lo mismo.

"Un día nos mandaron formar y a unos cuantos nos hicieron voluntarios para ir a la guerra de Ifni-Sahara", cuenta José Riatós, presidente de la Compañía Expedicionaria de Transmisiones número 4 en esa contienda, a la que aclara que acudió obligado y puntualiza que "lo de voluntarios era un eufemismo".

Con 22 años, mientras realizaba el servicio militar obligatorio, fue enviado al Sahara en un barco que partió desde Barcelona y que fue recogiendo combatientes en Valencia, Melilla y otras ciudades durante el recorrido, hasta llegar a El Aaiún, donde les dividieron en dos grupos que tomarían posiciones en las dos provincias atacadas por el Ejército de Liberación Marroquí: Ifni y el Sahara Occidental.

Como él, unos 8.000 jóvenes participaron en el conflicto de Ifni y Sahara entre 1957 y 1959, mientras realizaban el servicio militar obligatorio. Ahora, más de 50 años después, algunos han acudido a la vía judicial para reclamar el reconocimiento que por ley les corresponde.

Sin entrenamiento previo, inexpertos y calzados con alpargatas, muchos se vieron de pronto en primera línea de fuego. "Al llegar nos encontramos con soldados que regresaban del frente. Uno de ellos solo llevaba puesto un trozo de camisa", explica Riatós al recordar el verano de 1958, cuando después de varios meses de enfrentamientos los muertos, heridos y desaparecidos ya se contaban por decenas.

La guerra oculta.
La guerra de Ifni-Sáhara, que estalló el 23 de noviembre de 1957, enfrentó a las tropas españolas con el Ejército de Liberación Marroquí por el control de las colonias del Sáhara Occidental.

Según sus protagonistas fue "corta, dura y extraña", pues, aunque el asedio a la ciudad de Sidi Ifni duró hasta 1969, los hostigamientos directos, que se extendieron al Sáhara, apenas duraron varios meses.

Un tercio del territorio de la provincia de Ifni se cedió a Marruecos a los pocos días de empezar la guerra, por lo que el régimen de Franco intentó limitar la repercusión del conflicto y mantenerlo alejado de la opinión pública; no estaban dispuestos a airear una derrota.

Desde las asociaciones de veteranos aseguran que la guerra se saldó con 300 muertos y más de 500 heridos, y recalcan que entre los fallecidos se contabilizaron unos 100 desaparecidos, cuyos cuerpos aún no se han encontrado, a la par que remarcan que los que regresaron tuvieron que lidiar con las "secuelas psicológicas" del conflicto.

Adolfo Cano, presidente de la Asociación de veteranos de Ifni del Levante español, también participó en la guerra, aunque su experiencia comenzó un año antes, cuando aún nadie se imaginaba que el pacífico paisaje de la costa atlántica africana se iba a convertir en un polvoriento escenario de guerra.

Acudió a Ifni, por aquel entonces la provincia número 51 del Estado español, para hacer allí el servicio militar. "Era una aventura agradable, sentía curiosidad por conocer África, con su lengua, su música y su clima diferente", explica, pero, a los cinco meses de estar como recluta en la capital, Sidi Ifni, se desataron las refriegas a las afueras de la ciudad.

"Era tirador y en los combates llevábamos un tarbuch, una especie de gorro de color rojo, que era una diana para el enemigo", apunta Cano. "Además, disparábamos con un mosquetón al que había que apretarle tres veces el gatillo para que saliera la bala, combatíamos con armamento obsoleto de la Guerra Civil", asegura.

Reconocimiento nominal.
Al regresar de la guerra, les concedieron la medalla de campaña de Ifni-Sáhara, aunque tenían que correr con los gastos de la insignia: "Me dieron la documentación como que me concedían la medalla, pero tenía que comprarla, cosa que no hice por dignidad", apunta Cano, al que sus compañeros le regalaron la medalla hace dos meses en reconocimiento a su labor al frente de la Asociación de Levante, que lleva en marcha 10 meses.

Otras asociaciones de veteranos de Ifni-Sáhara vienen reclamando desde hace más de una década que se reconozca su situación, se les dignifique y se les indemnice. Esta insistencia tuvo sus primeros frutos en 2007 con la aprobación de la Ley de Carrera Militar.

En la disposición final novena de esta ley se reconoce "la entrega y sacrificio de los que, cumpliendo el servicio militar obligatorio, estuvieron integrados en unidades expedicionarias de las Fuerzas Armadas destacadas en el territorio de Ifni-Sáhara y participaron en la campaña de los años 1957 a 1959".

Además, se precisa que se "elaborará un listado de participantes en la contienda para estudiar posteriormente ayudas nominales", aunque, tanto Cano como Riatós, coinciden en señalar que este listado en lugar de agilizar los trámites está retrasando el proceso.

"Se escudan en él para darnos largas", asegura Riatós y recuerda que 8.864 cajas, depositadas en el Registro Militar de Ávila, contienen los nombres y apellidos de los que participaron en la guerra de Ifni-Sáhara.

Búsqueda en los archivos
Una empresa externa ha sido la encargada de proceder a la catalogación, organización y descripción de fondos documentales de Ifni-Sáhara conservados en el Archivo Militar de Ávila por un importe de 325.917 euros.

El director del Archivo, el coronel Ruiz Abeijón, ha indicado que el listado ya se ha remitido al Ministerio de Defensa, al haberse finalizado el trabajo de catalogación el pasado 31 de diciembre de 2010 y ha precisado que 24.953 personas están incluidas en esa relación.

Lo que por el momento se desconoce es el número de los que tendrán derecho al "reconocimiento nominal" ligado al servicio militar obligatorio y reconocido en la Ley de Carrera Militar y cuántas habrían fallecido. Adolfo Cano asegura que no han recibido ninguna notificación en la que se les comunique que el listado ya está concluido.

Esperando a Defensa.
Han pasado dos años desde que se aprobó la ley que reconoce a los veteranos de Ifni-Sáhara, por lo que el "estancamiento" del caso ha sido el detonante para que el asunto llegue a los tribunales. "Veíamos que iba pasando el tiempo y que los compañeros se iban muriendo, así que decidimos interponer en octubre una demanda ante la Audiencia Nacional", manifiesta Riatós.

La asociación que él preside reclama 36.000 euros por cada veterano, una cifra que se basa en la indemnización que reciben los soldados por heridas sufridas en misiones de paz. "Sabemos que no es comparable; una misión de paz ya lo dice la palabra, es de paz, y nosotros estuvimos en una guerra, pero hemos cogido este varemos como orientación".

Cano asegura que las medidas que ellos llevan a cabo están más enfocadas al reconocimiento moral y subraya que han escrito hasta cuatro cartas a la ministra de Defensa, Carme Chacón, reclamando soluciones e incluso se han dirigido al Rey para que interceda por ellos.

Su última misiva, dirigida a la Subsecretaría de Defensa, pretende aclarar el significado de ese "reconocimiento nominal" recogido en la Ley de Carrera Militar de 2007, a la vez que pide "celeridad" en los trámites, por la avanzada edad de los afectados, y un reconocimiento expreso de la mili "tan diferente" que miles de jóvenes tuvieron que realizar "con las armas en las manos".

Cano asegura que se conformarían con la dignificación de los que estuvieron en esa guerra y de los que tuvieron que aguantar el asedio a la ciudad de Sidi-Ifni hasta la cesión a Marruecos en 1969.

Para ello, reclama "un acto castrense en Valencia o Alicante", un "rancho de confraternidad con la tropa y oficiales" -como se llama en el argot militar- y un "diploma individual" para los combatientes, coincidiendo, además, con el aniversario de la jura de bandera en Ifni de un grupo importante de asociados.



sábado

El 60º aniversario

El territorio de Ifni fue escenario de la última guerra (1957-1958) con campañas militares planificadas y con bajas en combate del ejército español en suelo africano. Esta zona del suroeste marroquí fue de administración española efectiva desde 1934, por un mandato del gobierno republicano de la época al coronel Capaz. Hasta los meses de abril y mayo de ese año 1934, que se desembarcó en la aldea de la región que parecía más "habitable" (futura capital Sidi-Ifni), no hubo presencia española significativa en 400 años. 
Se argumentó por parte española derechos naturales de conquista y posesión por datar en época de los Reyes Católicos un enclave de pesquería y tráfico de esclavos, Santa Cruz de la Mar Pequeña, en los alrededores de esa costa. Pero los indicios históricos, al no contar con datos arqueológicos, resultaban confusos y algo inexactos. Además, se pretendía ocupar un enclave cedido hacía más de 70 años por el tratado de Wad-Ras (1860), casi ya se había renunciado a ello (por presiones francesas), pero que llevó, irónicamente, 23 años después (1957) al campo de batalla a soldados de reemplazo (jóvenes de 21 años) del ejército español.
Nos volvemos a situar en 1934, el coronel Capaz con apenas un centenar de soldados españoles y creando el primer Tabor de regulares nativos a los pocos días de establecer su cuartel general en ese villorrio, futura capital Sidi-Ifni, comienza a delimitar el territorio de la nueva colonia española. Los límites territoriales estarán muy ceñidos a la presión francesa y la expedición española tendrá que guiarse más por los tratados de 1912 entre Francia y España, que delimitan las zonas de influencia de cada uno en Marruecos, que por el verdadero acuerdo que sí daba derechos de posesión, el mencionado Tratado de Paz y Amistad de 1860 entre España y Marruecos (Tratado Was-Rad, que puso fin a una de las primeras “guerras españolas” en África).
Esa “conquista” del territorio cedido por Marruecos a España hacía casi un siglo fue un paseo militar. Para ser más precisos, fue una toma pacífica más parecida al levantar un acta de funcionarios que a la campaña de unos militares. El periodista Manuel Chaves Nogales, director del periódico Ahora, y cronista oficial de la expedición del coronel Capaz, lo confirmaba en sus crónicas de un periodismo ya moderno. Mandaba una crónica casi diaria (telegrafiada) y su prosa no sólo era directa y muy informativa, también merecía la categoría de literatura de viajes o ensayo naturalista. Magistral resultó su relato del desembarco, lo más complicado y peligroso de la ocupación de Sidi-Ifni fue el desembarco a tierra del coronel con sus tropas, pues no existe puerto natural (ni había artificial) en esa zona y es costa muy abrupta.

El cronista Chaves Nogales sabía captar el interés de sus lectores. En sus artículos aparece un argumento que en la España del 34 resultaba aún atractivo y de gran debate entre la opinión pública: los prisioneros del Desastre de Annual en 1921. Catorce años después de esa matanza de soldados españoles a manos de rebeldes rifeños, aparecían todavía en la prensa artículos sobre supuestos prisioneros retenidos como esclavos o cautivos a modo de la época medieval, como en las guerras entre moros y cristianos. Chaves Nogales era de los periodistas que buscaban la verdad y no se limitaba a alimentar la leyenda. Reconoce que su viaje acompañando a la expedición española a Ifni también era para desmentir de una vez por todas ese mito de los cautivos de Annual, comprobando su falsedad sobre el terreno.
Es curioso, pero Ifni ya se levantaba en sus inicios como hecho histórico rodeado de mentiras y mitos. Nada truculento había en esas tierras en 1934, pero la prensa había montado cierto "espectáculo" resucitando el trauma de Annual. Es más, los jefes de las cabilas locales recibieron al coronel Capaz con agrado o con buenas expectativas, pues el militar español les aseguró que España traería el bienestar y que desde ese instante les garantizaba protección contra sus enemigos. Y en cierta manera así fue durante los más de veinte años que trascurrieron hasta los ataques del Ejército de Liberación Marroquí en 1957. Las gentes de Ifni colaboraron en construir un territorio colonial que recordaba a algunas zonas de las Islas Canarias. La capital, Sidi-Ifni, llegó a ser una elegante y bonita "ciudad de provincias" española.
Sin embargo, en noviembre de 1957, cumplidos ahora 60 años, las hostilidades bélicas marroquíes no fueron casuales. Incluso, parte de la población ifneña que había convivido aceptando la administración española se alió con los rebeldes del ELM marroquí. Comenzaba una guerra que no tiene registros de los acontecimientos desde una perspectiva civil y de memoria histórica. Eso sí, libros y artículos desde la óptica de la historia militar se cuentan por centenares. Otra paradoja, historiar una guerra que se quiso borrar de la historia...


Por Gustavo Adolfo Ordoñez.



viernes

Ifni: la guerra ocultada (1957-58)


Abdón Mateos y Alvaro Soto

Tras la concesión, a remolque de Francia, de la independencia a la zona Norte del protectorado en Marruecos en abril de 1956, las relaciones con el vecino del Sur lejos de mejorar no hicieron sino enturbiarse. 

Mientras que unas milicias armadas hostigaban a las unidades militares españolas en Ifni, Tarfaya y el Sahara, el movimiento nacionalista marroquí Istqlal reivindicaba las imposibles fronteras de un Gran Marruecos que se extendiese a costa de Argelia y Mauritania. Estas reivindicaciones fueron impregnando al resto de los partidos políticos marroquíes y el propio monarca Mohamed V terminó asumiéndolas como objetivos nacionales. 


En agosto de 1957 el Gobierno del sultán marroquí reclamaba Ifni y la zona de Tarfaya. Castiella se mostró dispuesto a negociar y a llevar, incluso, el pleito ante el Tribunal Internacional de La Haya. 


Sin embargo, en noviembre cerca de 2.000 hombres armados de un Ejército de Liberación atacaron a las guarniciones españolas, que tuvieron que replegarse hacia los principales núcleos urbanos de la costa. 


Las dificultades de suministro y la prohibición norteamericana para utilizar el armamento más moderno situaron al Ejército español en una grave tesitura que traía el recuerdo de los desastres ocurridos en las primeras décadas del siglo. 


Hubo que esperar a la colaboración francesa que, mediante una convergencia de operaciones, permitió la expulsión de las unidades irregulares marroquíes en febrero de 1958


Estas operaciones de limpieza coincidieron en el tiempo con una rebelión de la población bereber de la antigua zona de protectorado español en el Rif. 


Unos meses después, en junio, se alcanzaba el alto el fuego de una pequeña guerra que, sin embargo, había costado la vida a más de 200 españoles: 152 muertos, 58 desaparecidos y 518 heridos.

Al devolver la zona Sur del Protectorado -la región de Tarfaya- en abril de 1958, España pretendía dar por concluido el proceso de descolonización en Marruecos. Sin embargo, la voluntad de resistencia española en Ifni y el Sahara pronto habría de enfrentarse a un nacionalismo marroquí que extendía sus reivindicaciones a las plazas de soberanía (Ceuta y Melilla) y los peñones.

 Las últimas tropas españolas abandonaron las zonas del protectorado en Marruecos en 1961, mientras que la mayor parte de la población española residente tuvo que emigrar y desmantelar sus intereses.



Diez años más tarde de esta guerra olvidada, en enero de 1969, España cedió el territorio de Ifni a Marruecos. Un territorio que si bien no había figurado nunca en el texto que estableció el Protectorado en 1912, había sido concedido a España mediante un tratado colonialista tras la guerra con Marruecos de 1860. 

Con esta concesión, el Gobierno de Franco quizá esperaba que Marruecos congelara su presión sobre las plazas de soberanía y el territorio sahariano, sobre el que se hicieron grandes inversiones.




lunes

No es sitio para quejas

Este es el artículo de Diego Sánchez Cordero, escrito en su blog CACHOS DE VIDA  el día 2 de febrero de 2012  en http://disancor.blogspot.com.es/ y le subo al mío porque pienso que lleva toda la razón.




"Me gusta repasar sitios en la Red, viendo trabajos extraordinariamente buenos, informativos, educativos, reivindicativos, creativos… Que, sin embargo, no han merecido ni un simple comentario. Lo que me hace dudar que los visitantes se tomen en serio lo que se escribe y se hace en los blogs. 
Algo así como si fuesen cosas poco serias y con escasa credibilidad. Y si no se tienen en consideración esos maravillosos trabajos de la cantidad de páginas que se publican, es lógico que no lleguen a ningún sitio las demandas de un blogger quejica y llorón. 
 Por propia experiencia sé que no es el lugar más adecuado para quejarse de nada. Una queja en papel, su destino puede ser la papelera, pero aquí se queda en el limbo donde está la basura sin estrenar. Y sin embargo, los que andamos en este mundo de Internet sabemos que estamos vigilados por el sistema principal y todos los sistemas que controlan al ser al ser humano, Y cuando ven que puedes ser beneficioso o peligroso, es cuando saltan todas las alarmas avisando de tú presencia.


No sé si los vigilantes se ocupan sólo de cosas importantes o, tal vez, van, además, archivando nuestras salidas de tono para ir, poquito a poco, confeccionando una biografía. Sea lo que sea, yo me he quejado de muchas cosas a personas y Organismos importantes, y jamás, nunca me han pedido una explicación ni me han dado una satisfacción para tenerme contento. 
Puede que sea porque mis quejas siempre han sido indirectas, y hasta escritas con mucha diplomacia, pero,¡hombre, es raro que no se hayan dado por aludido en ninguna parte!.
 Quizá sea mía la culpa, por ser poco claro y demasiado respetuoso. Quizá hayamos equivocado el cauce. Quizá un blog no sea el lugar indicado para solicitar nada.
Las solicitudes se han de hacer en los mostradores y ventanillas de las administraciones y las quejas al maestro armero. 

Eso dicen los viejos".