sábado

XII Encuentro de veteranos (2011)


Visionar el vídeo de AIVEPA.
http://www.youtube.com/watch?v=N0Zgjs6vr8k


Acto oficial conmemoratido del XII Encuentro Paracaidista, con el discurso del veterano de la Guerra de Ifni 1957/58, José L. G. Vicente.


Con su permiso mi general.


Permítame unas breves palabras para decirle que después de muchos años, muchos... los caballeros legionarios paracaidistas, excombatientes de la guerra de Sidi Ifni, ¡! Estamos aquí ¡!
Y estamos aquí en primer lugar para saludarle y ponernos como siempre, a sus órdenes.
Estamos aquí, para decir alto y claro ante esta concurrencia y el mundo entero si hiciera falta, que a nuestros compañeros caídos en combate, heridos o desaparecidos, por aquellos parajes de Tiliuin, Telata, Tenin de Ameliu, los montes del Buyarifen, el propio Sidi Ifni capital, Erkún, y tantos otros lugares de combate, nunca los olvidaremos, pues nuestras experiencias de servicio paracaidista, fueron lo suficientemente traumáticas para no olvidarlas jamás.
La guerra de Ifni, se ganó (en lo que a los paracaidistas se refiere), gracias a la preparación y empuje de nuestros jefes y oficiales, acompañados por un grupo de jóvenes españoles, muchos de ellos acababan de salir de su pueblo por primera vez, pero que tenían claro que el espíritu paracaidista obligaba a dar la vida en aras de ser el mejor soldado de la patria.
No es totalmente cierto que las guerras las ganen las tecnologías más modernas a través de unas pantallas de ordenador.
A este respecto, permítame una anécdota de lo que digo, mi general.
-Una vez liberado el fuerte de Tenin por la Segunda Bandera, el día siete de diciembre de 1957, el comandante Pallás, fundador por otra parte de las Banderas Paracaidistas, ordenó que parte de la fuerza quedase dentro del fuerte y parte fuera, haciendo guardia en anillo protector.
Los de fuera, para comunicarse con los de dentro, en la noche cerrada y oscura, y no disponiendo de elementos de radio, ni de linternas que funcionasen, pusieron en marcha las últimas tecnologías para las comunicaciones, consistentes en un casco con un trozo de vela dentro, que una vez encendida, permitía hacer el alfabeto Morse en base a ir haciendo persiana con la mano teniendo cuidado de no apagarla con el aire que producía la mano del “telegrafista”
Cara le costó a la Segunda Bandera la liberación de hombres, mujeres y niños del fuerte de Tenin objetivo de la operación Gento, y eso que nosotros, los de la Primera Bandera, tras liberar Tiugsa, acudimos a marchas forzadas en su ayuda.
Diez muertos, 18 heridos y 6 desaparecidos fue el tributo pagado.
De los desaparecidos, cabe destacar el comportamiento del compañero caballero legionario paracaidista Ramón, Vilariño García que sintiéndose herido de muerte, se negó a que lo evacuaran para evitar más muertes por su causa, poniendo así un broche de oro y valor paracaidista a nuestro lema de que :
Cuando enfermo, agotado o herido, sea un lastre para el cumplimiento de la misión: cooperare hasta morir.
Otro ejemplo de la inventiva de nuestros oficiales fue el descubrimiento de la bomba Frías, que para sí hubieran querido los americanos, con sus descubrimientos atómicos.
La bomba Frías era así:
Ante la falta de suficientes bombas para nuestros bombarderos Heinker, el teniente Frías, paracaidista, ¡ no faltaba más... se inventó un artilugio que consistía en un bidón lleno de gasolina, al que se le habían incorporado unas cuantas granadas de mano unidas por un cabrestante, que una vez lanzados a mano desde el avión Junker 52, que era un cuatro latas que lo mismo servían para un zurcido que para un descosido, llegados al suelo, las bombas de mano explotaban incendiando la gasolina , “arrasando” todo lo que se encontraba a cincuenta metros a la redonda.
He nombrado Erkún, lugar donde los que tuvimos el honor de ser los primero en realizar un salto de guerra de las entonces banderas paracaidistas ( sin olvidar a los de Tiliuin ), y para la mayoría de nosotros primer salto después de los del curso en Alcantarilla.
Después de saltar, nos convertimos en lo nuestro, la fiel Infantería , que guiada por sus magníficos jefes, oficiales y suboficiales (permítame nombrar al entonces mi capitán D. Prudencio Pedrosa Sobral, fallecido posteriormente de teniente general), fuimos siempre adelante hasta lograr nuestros objetivos.
Con todo ello, aprendimos una lección:
Lo que más vale del Ejército no son las armas, los cañones, los barcos, los aviones, los misiles, las pantallas y los ordenadores.
¡!Lo que más vale del Ejército es el compañero que llevas al lado!¡
Por último mi general, decirle que los veteranos paracaidistas, seguimos cumpliendo fielmente con esa especie de circuito programado que tenemos los paracaidistas, que primero subimos al cielo a cargar la mochila con las simientes de los valores de la Bripac, para después bajar a la tierra a sembrar el espíritu de la Brigada Paracaidista allá donde la vida ha tenido a bien encajarnos, en la tierra, en el mar, en el aire, en el campo, en la oficina, en el taller, en el laboratorio...
Como le digo mi general, este circuito lo seguimos cumpliendo fielmente, porque un paracaidista no se licencia nunca, está siempre de servicio, en aras de la mayor grandeza de nuestra patria España y del mejor conocimiento de nuestra querida Bripac.
Hasta que un día, cuando el Dios y Jefe nuestro, ordene el último salto, y sin miedo a la muerte, volver de nuevo al cielo, junto a los luceros, a encontrarnos de nuevo con nuestros compañeros, porque como alguien ha dicho:
¡!!! Los paracaidistas no mueren, se reagrupan en el cielo.!!!!¡
Nada más, mi general, agradecerle que haya hecho posible la reanudación de los Encuentros de Veteranos Paracaidistas, verdadera semilla de la unión entre todos, porque:
¡Todos juntos, podemos!
A sus órdenes, y:
¡! Viva España ¡!
¡! Viva la Bripac ¡!



José Luís González Vicente.
Base "Príncipe" de Paracuellos, a 26 de junio de 2011