El
18 de julio de 1936 estalla la
Guerra Civil Española, que mantendrá enfrentados a los bandos
nacional y republicano por espacio de tres años. Durante ese tiempo, y a
consecuencia de la cruenta campaña, se generó una gran cantidad de heridos y
mutilados que, por ley, ya no podían ingresar en el Cuerpo de Inválidos
Militares. El General Franco es quien encarga al General Astray, que pertenecía
al Cuerpo de Inválidos Militares, que se ocupe de crear un Cuerpo que acoja a
todos estos heridos. Y en enero de 1937 se crea la Dirección de Mutilados,
encargada, a su vez, de organizar el Benemérito Cuerpo de Mutilados de Guerra
por la Patria. Se
clasifica, entonces, a los mutilados en cuatro categorías: mutilados,
absolutos, permanentes, potenciales y útiles, aunque se sucederán varias
reorganizaciones del mismo que favorecerían la aparición de una legislación más
amplia, dando cobertura a un colectivo que anteriormente no estaba reconocido.
En
1976 tiene lugar la última reorganización del Benemérito Cuerpo de Mutilados de
Guerra por la Patria ,
que ve cómo aumentan sus efectivos y cómo se trabaja para dar cobertura
al personal que no podía ingresar en el Cuerpo, como es el caso de los
militares republicanos o excombatientes de la zona republicana.
Pero
en 1985 se declara, de forma implícita, la extinción del Benemérito Cuerpo de
Mutilados de Guerra por la
Patria , ya que, por ley, a partir del 1 de enero de ese año
no podía ingresar en él ninguna persona que se lesionara a partir de esa fecha.
Pero no fue hasta 1989 cuando el Cuerpo queda extinguido oficialmente. Todos
sus componentes, excepto los oficiales generales, debían pasar a situación de
retirados. Se desmembraba un colectivo que durante siglos fue un Cuerpo Vivo
dentro de las Fuerzas Armadas.