Tomado de un escrito de Boinas Negras
Por José Luís González Vicente.
NUESTRAS DISTRACCIONES EN IFNI:
EL CINE CAPAZ.
Para
solaz y distracción de la gente de Ifni, existió al principio un cine llamado
CINE CAPAZ que estaba situado junto a la playa. Durante la semana, de lunes a
viernes, había sesiones dirigidas más bien a la gente importante entre
los que se suponía se encontraban, entre otros, los oficiales y sus familias.
Los fines de semana cambiaba la cosa, habiendo tres sesiones, a las 4, a las 7 y a las 10 de la
noche. La de las cuatro, eran películas de acción, a las que asistía una mezcolanza
de “la plebe” compuesta por “moros y cristianos”, es decir, soldados, paisanos y
musulmanes. En la sesión de las siete, “echaban” películas de amor, a la que
solían asistir las parejas de enamorados, pues aquello de que “a las diez en
casa”, había que cumplirlo a rajatabla. La de las diez de la noche, estaba
abierta a gente libre de compromisos militares, era el público
habitual.
En
este local, tuvo un día un hecho si no insólito, sí peculiar y llamativo. Se
proyectaba la película de LAS CUATRO PLUMAS. El personal indígena se
identificaba con los rebeldes indios y así cuando salía alguna escena en la que
los “indios” mataban a algunos ingleses, aplaudían a rabiar y daban voces de
aliento. Cuando era al revés, es decir, ganaban “los invasores ingleses”
eran los jóvenes españoles los que aplaudían y tomaban el pelo a los ifneños
indígenas. Total, que a la salida del cine, se preparó un tomate de aquí te
espero, sin pasar a mayores. Para evitar este principio de “guerra” se habilitó
en el acuartelamiento de Tiradores, un local donde proyectaban películas, los
miércoles para los soldados, los jueves para los Oficiales y sus familiares y
los viernes para los suboficiales y sus familiares.
¡ La leche!.
¡ La leche!.
EL
CINE AVENIDA.
El
cine antedicho, dejó paso a otro más conocidos por nosotros los paracaidistas,
llamado el CINE AVENIDA, en el mismo centro de la ciudad, que tuve ocasión de
ver sus casi ruinas el verano de 2005 y charlar con su antiguo propietario.
Su inauguración coincidió con la llegada a Ifni del General Zamayoa, lo que dio lugar a que la primera sesión del nuevo cine estuviera dedicada a homenajear al General, que por cierto regresó de Rusia a bordo del buque Semiramis con los repatriados dela División
Azul. Para tal homenaje se proyectó la película “Embajadores
en el infierno” con asistencia de todas las autoridades civiles y militares y
hasta eclesiásticas, entonándose el Himno Nacional cuando el general hizo su
entrada en el local, siendo escuchado con gran emoción por todos los presentes, y tras una prolongada salva de aplausos, comenzó la sesión.
Su inauguración coincidió con la llegada a Ifni del General Zamayoa, lo que dio lugar a que la primera sesión del nuevo cine estuviera dedicada a homenajear al General, que por cierto regresó de Rusia a bordo del buque Semiramis con los repatriados de
Mi experiencia sobre este cine, es que a las pocas sesiones que pude acudir, por la tarde, pues casi siempre teníamos “trabajo”, es que primero había que comprarse una máscara antigas o algo similar para poder aguantar el olor de mil pares de pies calzados con botas, que casi todos nos quitábamos para poder “descansar” algo los pies. El olor que había en aquel superenrarecido ambiente, se podía masticar. Era preferible estar en combate al aire libre en la cima de algún monte, antes que morir envenenado.
¡ Todo por
OTRAS
“ DISTRACCIONES..............”
Claro
que, también en Ifni existía otro tipo de distracciones, como era la casa de
putas, lugar apacible......... señero............ pacífico............, es un
decir, porque algunas veces al entrar allí, se preparaban unos fregaos de puta
madre y nunca mejor dicho. Era una casa que Payás se había empeñado en poner a
disposición del soldado. Constaba de dos plantas o pisos, y una vez que a
mí me dio por ir por allí con el cabo de mi jaima Gonzalo, fui testigo de cómo
una “maría” de aquellas, desde el segundo piso, gritaba a las de abajo “
Mercheeeeeeeeee, me he tirado a un virgo”. El pobre “muchacho paraca”, bajó las
escaleras medio risueño medio avergonzado entre las risas de los demás. No creo
que volviera otra vez por allí. En honor de aquellas buenas damas, hay que
decir que se portaron estupendamente con todo aquel que necesitó ayuda, no solo
sexual, sino también psicológica, pues algunos no aguantaban la presión de la guerra , y querían medio
suicidarse.
PESCAR
EN LA PLAYA.
Los
“medio normales” osease yo y otros, nos íbamos a la playa a ver si “pescábamos”
a alguna chavala nativa, porque las “europeas” estaban prohibidas por el mando.
A éstas ni media palabra, no resultase que fuera la hija del General y nos
mandasen a primera línea de combate sin pan ni agua. Claro que eso no nos
asustaba, porque teníamos bastante experiencia..............
LOS
COBRADORES DEL FRAC.
Era
curioso también contemplar como algún paraca (y otras fuerzas del ejército
español, legionarios y demás), buscaban su apaño en alguna casa particular
donde el tío era recibido por la “mora” mientras el “marido” cobraba a la
entrada de la casa. Allí empecé a darme cuenta del concepto de “chulo”. ¡ Hay
que joderse..!
UN
COMENTARIO.
José
Luís: ¿Recuerdas el día que fuimos al cine, a ver EL ÚLTIMO CUPLÉ de nuestra
Madrina Sara Montiel, y como la peli fue tan larga, llegamos todos tarde y nos
arrestaron a todos a descargar las barcazas con agua por la cintura durante
toda la noche?. Yo, gracias al 1º Sierra no me tocó en el agua.
Un abrazo de tu compañero del 12 curso y 1ªCía., J. A. Espí