lunes

Democrático derecho al pataleo.


 Va en gustos seguramente. Algunos políticos, cuando les conviene, optan por visitar colegios y asilos y se fotografían con los niños o con ancianos. Los hay que eligen para estos fines los pueblos pequeños. Uno, que no entiende casi de nada, se extraña no obstante de que las buenas gentes del lugar no distingan con claridad los manejos de los políticos. Desde sus distantes y altos puntos de vista, les parece imprescindible que de vez en cuando los políticos o sea ellos, se den una vuelta por sus pueblos para aclararles las ideas. Los vecinos, asisten a estos actos previamente convocados y les preguntan de todo a los políticos. Y alguno, hasta se restriega la mano en su mejor traje antes de tendérsela al político al que no había visto antes, ni volverá a verle después.
Al pescadero, quizá el político le pregunte por los pescados; al tendero, por sus mercancías, como si el político entendiera de todo; al verdulero, le dedicará unos segundos más. ¿Por qué será? Será porque los políticos a veces parecen verduleras?
La verdad es que los políticos llegan a los pueblos en busca de aplausos y después se van tan contentos. Todo se olvidará enseguida. Es una de sus obligaciones porque a los señores políticos los problemas de las gentes, les importan un boquerón, un paquete de clavos o un pimiento.
Y yo, que no entiendo casi de nada, me pregunto: ¿Es que hay que esperar, a estas esporádicas e hipócritas visitas para atosigar a un sufrido político con  una o mil preguntas? Que si cuánto vale un café Sr. Zapatero se le preguntó? Que dónde está usted ahora Sr. Rajoy? --De regreso de Gerona dirá él--.  Que dónde están en algunos pueblos las oficinas abiertas al menos dos horas todos los días para que sus gentes puedan informarse? Que qué pasa ahora con el vertido de fuel frente a las playas de donde sea señor ministro?  Qué dice, ¿que es también culpa del anterior gobierno?
 Que me lo cuenten. O mejor, que no me cuenten más cuentos.
Según entiendo, parece ser que hay que esperarse a las visitas de los políticos para en las asambleas de alguna asociación de vecinos, anunciadas en un pasquín y encabezadas con un pretencioso “de interés para todos los vecinos” para que en el anticuado apartado e insultante por la experiencia que tengo de Ruegos y Preguntas y al político de turno, y delante de todo el personal, presentar, si no te has muerto esperando, la demanda que interesa particularmente a cada colectivo que será simplemente escuchada, o ni eso tan siquiera, y dada de lado por el moderador de turno. Igualito que pasará cuando haya nuevas elecciones.
Porque no todos pensamos igual, muchos no asistimos antes, ni asistiremos después a estos actos, aunque vengan avalados por la presencia de algún alto y espigado político de la capital, y posiblemente, tampoco le votaremos a él ni a nadie en particular.
No sé qué hacer. Pienso que todos mienten. ¿Es que, ya estoy mayor para todo esto?.
De joven tragaba con todo, como les pasa ahora a muchos viejos con mentalidad infantil.
Es mi opinión y al hablar así, ejerzo mi democrático derecho al pataleo.