“Quien educa
primero, educa para siempre” se decía. Y también: “La edad en que más se
aprende y mejor se modela al hombre es la del niño y también la edad en que más
se retiene; esto por un lado. Por otro, la infancia es la edad de la inocencia,
de la gracia, del candor, de la docilidad, de la dignidad, de la nobleza, de la
justicia, de la equidad y de la buena fe, y esto la hace encantadora para todo
educador”.
Analizando los resultados obtenidos en el recientemente
terminado curso académico 2010-2011 se piensa que se está muy lejos de aquellas buenas intenciones de
hace más de cien años.
“El árbol desde pequeño se endereza, que de grande no hay
sino dejarle torcido o cortarlo”. En todo caso, el que “educa primero” educa
como ciento, y el que viene después, como a uno y a veces como cero; el que
educa al niño echa la base de la educación del adolescente y del adulto.
Por eso señores del Ministerio de Educación, Cultura y
Deportes, sin Colegios donde de verdad se sepa enseñar, no hay ni puede haber
Institutos ni Universidades que obtengan después buenos resultados del
alumnado.
Estamos en noviembre de 2012 y el Ministerio de Educación,
Cultura y Deporte debería ser consciente de que en cada pequeño lugar de España
tiene que haber un Colegio y muy cerca, un Instituto de Enseñanza Secundaria. A
la Universidad ,
que accedan los que de verdad valgan para el estudio superior.