A su digamos generosa edad, Alfonso Ismael sigue
pensando. Lo cierto es que está bien entrenado. Todos los días, temprano, creo
verle en su “oficina” y frente al ordenador, trabajando. Se ocupaba hasta hace poco y entre otras
cosas, de toda la documentación del casino del pueblo. Lee la prensa diaria
minuciosamente y la contrasta con las noticias tomadas de Internet. Sabe de
política internacional y compara el acontecer mundial con las incongruencias
televisivas que pueda
ver.
Con frecuencia hace una caricatura de la actualidad y la incluye en su blog CARICACHISPA de su creación. Es muy recomendable.
http://caricachispa.blogspot.com.es/
Con frecuencia hace una caricatura de la actualidad y la incluye en su blog CARICACHISPA de su creación. Es muy recomendable.
http://caricachispa.blogspot.com.es/
Si le interrumpo en su trabajo o lectura de la prensa para hacerle una
consulta, o tan solo por saludarle, él siempre me responde con su amistosa
cortesía que tanto aprecio. A veces, cuando le hago una pregunta, suele tardar
tan solo tres segundos en encontrar la respuesta adecuada.
Tiempo atrás El Faro me propuso insertar mis modestos escritos en una
columna bajo un mismo lema. Confuso, y agradecido al diario, recurrí una vez
más a mi amigo Alfonso. Tardó los tres segundos de rigor en dar con la
solución. Escriba usted, me dijo, bajo el lema Desvaríos.
Así, en un pispás, y con una sola palabra él resumía el sentido que le
suelo dar a mis escritos.
Pasé poco tiempo pensando, para contestar al diario con tres ofertas,
dejándolo a su elección. El día 10 de febrero que no olvidaré, salió mi primer
escrito. ¿Saben con qué lema?
Alfonso Ismael es un viejo lobo de la caricatura periodística de
allende los mares. No es de extrañar por tanto que el oficio de diseño de la
editora de aquél diario, coincidiese con la propuesta por mi buen y sabio amigo
que jamás me ha faltado a su magisterio. A veces, nos visitamos e
intercambiamos ideas.
Es digno de mención el que Alfonso Ismael siga preguntándose cosas
sobre el acontecer de esta olvidada pedanía a su digamos generosa edad.