miércoles

La historia de un emigrante


De entre las páginas de las memorias de José Noguera, he entresacado algunas citas de sus escritores favoritos. 
Aunque han pasado varios años, lo recuerdo como si fuera hoy mismo.
En cierta ocasión me refería que a él lo que más le dolía de todo, era saber que a la Biblioteca de Los Belones, a la que él aportó infinidad de libros y a la que antes acudía poca gente, ahora ya no va nadie. Yo tampoco voy porque está cerrada desde que él no puede moverse, pero le visito en su casa y siempre encuentro en su conversación, un tema para escribir al otro día.



Ayer le tocó hablar de García Lorca, y pasamos un buen rato hablando de la oportunidad de algunos para marcharse al otro barrio. Se sabe de memoria la sutil poesía que dice: Y que yo me la llevé al río creyendo que era mozuela,...Y él explica con ademanes estudiados el significado de cada frase. 

Cuando me contaba que fue emigrante triple o más veces, hacía referencia a que empezó siendo niño, de Los Belones a El Estrecho, y se sintió forastero. Después emigró con su familia a Barcelona, y entonces eran “murcianos”, entre comillas. Mucho más tarde llegó a Venezuela y allí era “español”, con minúscula y también con comillas. 
La emigración a Barcelona siendo parte de España, fue más dura que la realizada a Venezuela. Emigró a Barcelona y tenía nueve años de edad, y con sus padres y hermanos se vieron obligados a vivir esa diáspora en busca de horizontes más esperanzadores.
¡Barcelona, país de promisión!. País en aquél entonces de rechazo a los que llegaban depauperados. Con razón o sin ella eran rechazados duramente por contrastes insaciables.
“Nunca podré olvidar a los delfines que seguían la proa del barco. Y cuando los recuerdo, creo sin temor a equivocarme, que fueron los únicos que nos daban la bienvenida sin pedirnos nada a cambio. Cuando en el cine o por la tele veo un delfín, los recuerdo con gratitud, y a mi manera, los bendigo”. 

Hoy se cumplen quince años de su fallecimiento. D.E.P.