Cuando algunas personas leen una novela de historia, o simplemente estudian el pasado de España, a veces ignoran que los ejércitos que lucharon y defendieron lo que ahora es España, están compuestos por personas anegadas y entregadas a dar su vida por la patria.
Quien no haya sido soldado porque
la mili ha desaparecido o se declararon objetores, quizá ignore lo que es
sentirse amo del mundo a pie y sin dinero.
En otra época, cuando yo combatí
en Ifni contra los moros durante muchos e interminables días de conflictos
guerreros, se nos decía que el oficio más bello era el de infante, siempre a
pie y sin un duro en los bolsillos, calados hasta los huesos por el sudor del
calor sahariano y con el estómago más bien frío; en la vista, ni una sola nube
presagio de agua y en el dedo que oprime el gatillo, un cierto deseo de acabar
con el enemigo.
Estos hombres, para tener la
moral siempre muy alta, tienen desde hace muchos años un precioso himno que en
sus desfiles y paradas cantan al unísono con el corazón que se escapa de sus bocas.
Por
resolución número 500/10178/2003, de 5 de junio BOD. Nº120, del General de
Ejército Jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, se declara como Himno
Oficial de Infantería, el actual Himno de la Academia el cual data de
1911 y cuya letra es la siguiente:
“Ardor Guerrero vibre en nuestras voces.
Y de amor patrio henchido el corazón.
Entonemos el Himno Sacrosanto.
Del deber, de la
Patria y del Honor.
¡Honor!
De los que amor y vida te consagran.
Escucha, España, la canción guerrera
canción que brota de almas que son tuyas
de labios que han besado tu Bandera.
De pechos que esperaron anhelantes
besar la cruz aquella
que forma con la enseña de la Patria
el arma con que habrán de defenderla.
Nuestro anhelo es tu grandeza
que seas noble y fuerte.
Nuestro anhelo es tu grandeza
que seas noble y fuerte
y por verte temida y honrada
contentos tus hijos irán a la muerte.
Y por verte temida y honrada
contentos tus hijos irán a la muerte.
Si al caer en lucha fiera
ven flotar
victoriosa la
Bandera
ante esa visión postrera
orgullosos morirán.
Y la Patria ,
al que su vida
le entregó,
en la frente dolorida
le devuelve agradecida
el beso que recibió.
El esplendor y gloria de otros días
tu celestial figura ha de envolver
que aún te queda la fiel Infantería
que, por saber morir, sabe vencer.
Y volarán tus hijos ansiosos al combate
tu nombre invocarán.
Y la sangre enemiga en sus espadas
y la española sangre derramada
tu nombre y sus hazañas cantarán.
Y éstos que en la Academia Toledana
sienten que se apodera de sus pechos
con la épica nobleza castellana
el ansia altiva de los grandes hechos
te prometen ser fieles a la historia
y dignos de tu honor y de tu gloria.”