martes

Un veterano de Ifni

Por Miguel Parrilla


De las cualidades humanas, valor personal y profesionalidad paracaidista del comandante Ventura Sánchez, da testimonio un hecho del que él fue protagonista, un acto insólito en los anales del paracaidismo cuyo relato impresiona y estremece. Hace unos años, siendo monitor civil de salto en un aeroclub de Lérida, uno de los alumnos saltó al vacío sin percatarse de que la cinta extractora que debía abrirle al paracaídas no se había enganchado en el cable estático del avión. La muerte era segura para el novel paracaidista, cuando quisiera darse cuenta de que no se le abría el paracaídas principal ya sería tarde para accionar la anilla del de emergencia. Dentro del aparato iba Ventura, equipado para saltar en apertura manual, al observar el fallo del inexperto paracaidista, no se lo pensó, un una fracción de tiempo que no pueden medir los relojes, saltó al vacío tras el confiado alumno, lo alcanzó, se situó frente a él, y a escasos metros de la muerte de ambos, le cogió la anilla, tiró de ella y le abrió el paracaídas; segundos después los dos tomaban tierra sin el menor rasguño. ¡De Laureada!